martes, 24 de noviembre de 2015

AGUA Y AGRICULTURA EN EL ISLAM




Cultivo en terrazas
- Las laderas aprovechan el agua de lluvia disponiendo sus cultivos en terrazas.
- Los sangradores permiten pasar al siguiente escalón una vez se ha mojado suficiente

La cantimplora servía ya para aplacar la sed de los habitantes de la región desde época romana. Esta funda de esparto encontrada en Cartagena protegía una cantimplora romana y probablemente contribuía a refrescar el líquido. El agujero central ha hecho que se dieran varias hipótesis sobre su utilización. Al lado, una interpretación de su uso. 

Partidor de agua

Qanat en construcción. Su extensión por debajo de tierra hacía necesario la construcción de oquedades (lumbreras) que, a modo de chimeneas, actuaban de respiraderos. Servían también para que los regantes accedieran a ellos para efectuar labores de limpieza.

La Alhatara, una simple pértiga con una vasija en el extremo, fue uno de los primeros procedimientos empleados en la región para elevar agua

Interpretación del sistema de abastecimiento de agua de Cartagena romana (basado en las referencias de Elena Ruiz Valderas, Alejandro Egea y M. Martínez Andreu).

Aún cuando la salinidad de los acuíferos c tageneros era alta, existieron pozos en la época romana, como el de San Ginés, esquina Duque y el del mercado tardorromano.

La campana de la Mora, en la catedral, servia para conjurar las nubes y pedir al cielo esa lluvia redentora tan necesaria en la región, pero también se utilizaba para evitar riadas.


Aljibe
-Distintas canalizaciones se encargan de conducir el agua de lluvia hasta el aljibe.
-Antes de llegar al aljibe las aguas pasan al recibidor-decantador-, donde quedan depositadas sus impurezas.
-Una vez que las impurezas sólidas han sido depositadas en el fondo, el agua limpia llega al aljibe, donde queda lista para el consumo. 

Riego con boquera
-Rambla después de un precipitación intensa
- La boquera intercepta las agus de la rambla, desviando parte de las mismas hacia otros canales, que se irán ramificando en otros menores hasta llegar a los bancales. 

Cisterna romana. En la Cartagena romana, por su escasez de agua, fueron fundamentales las cisternas, cuyo uso estuvo muy extendido. Bajo los patios de los hogares solía haber una, que recogía y almacenaba el agua de la lluvia. Las más monumentales de entre las cisternas romanas fueron las rectangulares compartimentadas, que podían ser de dos o de tres naves, con bóveda de cañón. En Cartagena existen referencias de una de estas cisternas en los alrededores del anfiteatro que aprovecharía las aguas que cayesen en la zona y desaguaría cuando estuviese al borde de su capacidad. Un autor del siglo XVIII la describe así: “Tres estancias de piedra muy fuertes; la de en medio más capaz y ancha que las otras dos de los lados; las bóvedas son también de piedra suelta, fabricadas con las reglas de la buena arquitectura”.


Casa romana
- Unos tejados inclinados (compluvium) dirigen el agua de lluvia hacia un patio central (impluvium).
- El agua es conducida hasta un depósito, que podía traspasar el líquido, a su vez, a una cisterna subterránea.
- Un pozo permitía abastecerse de un agua que, por su especial disposición, estaba siempre fresca y en condiciones para el consumo.

Casa árabe
La casa árabe copió el sistema romano de captación de aguas. Gárgolas y conductos coducian el agua hasta un estanque situado en el patio central, y de ahí pasaban a un aljibe que proporcionaba agua para consumo. 



Conducción del agua a través de un qanat. A través de canales y acueductos el qanat llevaba el agua hasta una población o una alquería.
Molino de barcas. Existían ya en el Segura en el siglo XIII. Estos molinos flotantes poseían una rueda vertical, que no se adaptaba al régimen irregular del río y a su red de acequias, por lo que a partir del siglo XV fueron desapareciendo de la región.


Obreros trabajando en un pozo de la nieve. La nieve era conducida a los pozos, donde se almacenaba, compactándola con pesados mazos de madera. En estos habitáculos se conservaba hasta que, al llegar la primavera, era sacada en bloques de hielo y puesta a la venta. En Murcia funcionaron desde el siglo XVI, y su consumo era tenido por muy saludable, por lo que los encargados de su venta estaban obligados a dispensarla a los enfermos que se lo requiriesen a cualquier hora del día.
Pozos de la nieve en Sierra Espuña.
 

Realizando labores de mantenimiento en una acequia. 

 

Sistema de riego

El complejo sistema de acequias y azarbes de la huerta de Murcia semeja al aparato circulatorio del cuerpo humano: dos grandes acequias toman el agua directamente del río, repartiéndolas en cauces progresivamente menores –hijuelas, brazales, regaderas–, hasta llegar a cada uno de los bancales de la huerta. A partir de ahí, las aguas sobrantes se recogen en cauces que se van haciendo progresivamente más grandes –escorredores, azarbetas, azarbes y azarbes mayores– hasta desembocar de nuevo en el río.


La noria de Alcantarilla muestra a la perfección el funcionamiento de estos artefactos: corriente de agua, paletas para mover el mecanismo y arcaduces que suben cargados de agua para depositarla en un cauce distribuidor elevado. 
 

Comparación de los distintos niveles de funcionamiento entre una aceña y una noria de rosario.


Noria de sangre o aceña 

 

Recreación del molino manual o de sangre


Molino de rodezno - llamado en Murcia de rodete-. 





-Molino de regolfo. El agua penetraba hasta la rueda por un estrecho canal - lo que hacia que se acumulara y creciera, produciéndose el efecto de regolfo- hasta llegar al rodete, haciéndolo girar, al tiempo que éste hacia girar también el agua por efecto centrífugo. proporcionando una fuerza añadida.
-Funcionamiento del molino de rodete 
-Esquema de molino cartagenero
-Molino de picar pólvora





-Recreación de unas termas romanas. Ilustración del Centro Arqueológico de los Baños, Alhama.
-Cañerias de ánforas ensambladas por sistema de macho-hembrado conducián las aguiaas sobrantes en la Cartagena romana. 


Molino de esparto. El haz de esparto se coloca bajo el mazo y se majaba, quedando preparado para ser trabajado


Acueducto. Cuando Alejandro Magno emprendió sus campañas en Oriente pudo leer en la Bactriana la siguiente inscripción: "He obligado a los ríos a discurrir por donde yo he querido, es decir por los lugares donde fueran útiles. Así he convertido en fecundas las tierras estériles regándolas con mis ríos. Tal afirmación respondía al orgullo de los primitivos asirios que habían efecturado grandes obras en los ríos Tigris y Éufrates, canalizando y conduciendo sus aguas desde el siglo IX antes de Cristo a otras latitudes que lo necesitaban.


Existían molinos adaptados a numerosas necesidades:
Fragua Hidráulica: La fuerza del agua movía el martillo, facilitando la labor para elaborar todo tipo de herramientas.


Los azudes, kilómetro cero de los regadíos.
El riego de Murcia tiene su origen en el azud de la Contraparada, situado pocos kilómetros río arriba de la ciudad. De él salen las acequias mayores que, ramificándose en otros canales menores, permiten, como aseguraba el licenciado Cascales, que "se gobierne todo el riego".