<<Después
de la revelación, Mahoma empezó a predicar en La Meca, proclamándose
profeta o mensajero de Dios, actitud que fue interpretada por las
poderosas familias de La Meca como un intento de asegurarse poder
político en la ciudad. Además, los grupos dirigentes se manifestaron en
contra de su proclamación de Alá (Allah) como el único Dios
verdadero. Tirar por la borda a los viejos dioses y diosas adorados por
sus antepasados era como declarados infieles.>>
>>La
resistencia contra Mahoma creció. Tras la muerte de su tío y de su
mujer, todo se puso cada vez más difícil para el profeta y sus
partidarios en La Meca. Pero por otro lado, Mahoma ya había ganado más
adeptos en Medina, dispuestos a recibirlo y a convertirlo en uno de los
suyos. En el año 622 abandonó en secreto La Meca y unos días más tarde
llegó a Medina, adonde ya se habían desplazado la mayor parte de sus
seguidores.>>
>>La emigración de Mahoma se denomina en árabe hijrah (hégira
o héjira), que significa <<ruptura, partida>>, y que
después sirvió para marcar el año 622 como punto de partida de la
cronología musulmana, es decir, como primer año de su era y de su
calendario. Mahoma rompió su relación con la sociedad a la que realmente
pertenecía, con su familia y con la ciudad. No se trataba de una huida,
sino que se interpretó como un paralelismo con el Abraham de la Biblia,
que por orden de Dios se marchó de su lugar natal, Ur, en
Mesopotamia.>>
GAARDER, Jostein, HELLERN, Victor y NOTAKER, Henry, El libro de las religiones, Madrid, Siruela, 2009, págs. 151 y 152.