Para introducirnos dentro de Valencia
tras la conquista de la ciudad por Jaume I, es necesario conocer la
estructura y funcionalidad de esta en la época que le precede. De esta
forma vemos como Valencia no se va a desarrollar plenamente hasta el
siglo X y XI donde la huerta, que es la base económica de la ciudad,
experimenta un momento de alta productividad.
La ciudad musulmana como tal no es una
descomposición de la urbe romana, esta tiene personalidad propia. En la
antigüedad Valencia poseía una distribución ortogonal con calles
perpendiculares siguiendo la tradición hipodámica griega, pero en el
siglo VIII sufrirá un gran cambio.
No se sabe cómo quedo la ciudad tras la
destrucción de esta a manos de Abd el-Rhaman I en 778, pero la
reconstruirá totalmente al estilo musulmán. La ciudad se desarrollará
sin ningún tipo de ordenación municipal, la tradición decidía el
emplazamiento de las diferentes construcciones. Fue a partir del siglo
XI cuando la ciudad se convertirá en una auténtica Medina provista de
murallas (construidas por Abd el-Aziz) y una fortaleza o alcázar en el
centro de la urbe, lugar donde actualmente se encuentra el palacio
arzobispal. Al costado del alcázar se encontraba la mezquita mayor (no
queda ningún vestigio de esta), construida sobre la catedral visigoda,
que estaba encima de una Basílica romana. Actualmente en este solar se
sitúa la actual catedral de Valencia.
La muralla de la Valencia musulmana fue
construida por Abd el Aziz a mitad del siglo XI, seguía aproximadamente
el curso del primitivo brazo meridional del rio Guadalaviar. Están
documentadas las siguientes puertas de acceso al recinto urbano de la
ciudad de Valencia; Bab-al Shakir y Bad al-Warraq, Baad al-qantara, Bad
al-Hannash, Bad Baytala, Bad al-Shari´a y Bad al- Faradj.
Las calles principales de la ciudad eran muy
sinuosas, parten de las puertas de la muralla y cruzaban el centro
urbano, que era el mismo que en época romano- visigoda y que conservará
tal función hasta el siglo XIX (la actual plaza de la Madre de Dios).
Eran calles estrechas, ya que en época musulmana no existía a penas
tráfico rodado por las calles de la urbe. El ambiente era alborotador
lleno de boticas y de mercaderes ambulantes.
Las casas principales de las calles daban
nombre a estas. Dichas casas se cree que pudieron ser parecidas a las
mansiones romanas, con patio central. Se trata de edificaciones
majestuosas, en contraposición con las viviendas de los musulmanes
comunes, que eran muy pobres y pequeñas, tanto que, tras la conquista de
la ciudad y el reparto de las casa entre los repobladores, donaban dos
casas musulmanas para construir una cristiana.
Una característica de la ciudad musulmana
era su fragmentación, muy acusada si la comparamos con las urbes
romanas, tremendamente unitarias. La comunidad judía habitaba en un
barrio concreto que se cerraba por la noche. Este barrio se encontraba
en el exterior de la ciudad romano-visigoda, pero quedará dentro de los
límites de la ciudad tras la construcción de la muralla en el siglo XI.
En cuanto a edificios monumentales, en el
mundo islámico solo en la arquitectura regia se hacían grandes
edificaciones, y será bajo el reinado de Abd el Aziz que traerá a la
ciudad de Valencia una época de esplendor, donde se llevará a cabo la
construcción de la muralla (una de las más fuertes del islam) y de la
Almunia de Vilanova, un palacio regio.