Fez es la tercera ciudad en tamaño de Marruecos y una de las cuatro ciudades imperiales de este país norteafricano, junto a Marrakech, Mequinez y Rabat.
Su centro histórico (Fez El-Bali) es Patrimonio de la Humanidad desde 1981 y representa uno de los lugares medievales mejor conservados del planeta.
Pasear por su antigua Medina, un
laberinto de calles, es como viajar al pasado. Su gran extensión y la
distribución anárquica de sus calles hacen que no sea difícil perderse
en el interior de esta antigua ciudad imperial amurallada.
Fez tiene la virtud de conservarse como era hace siglos,
permitiendo contemplar en sus calles oficios tradicionales que ya se
han perdido en otros lugares hace mucho tiempo. Visitar su centro
histórico es como viajar al pasado.
Un ejemplo claro de estos oficios de otra época es el curtido y el teñido de pieles, materia prima de la famosa marroquinería.
El colorido de los productos típicos de cuero que se pueden ver y
comprar en cualquier medina de Marruecos se consigue a través de un
laborioso proceso artesanal de curtido y teñido de pieles animales con
colorantes naturales que aún se continúa realizando en las Tenerías de
Fez, manteniendo la esencia de un oficio con muchos años de tradición.
El trabajo del cuero hizo de Fez una ciudad con un peso comercial importante en el siglo XIX pero,
hoy en día, se trata más de una actividad de pura supervivencia en un
mundo globalizado en el que la industria moderna ha terminado con lo
tradicional y el trabajo artesanal.
Las tenerías que se pueden ver en Fez consisten en una serie de “baños” de agua,
con diferentes productos y tintes, en los que se sumergen las pieles y
se lavan contínuamente para que terminen teñidas de los colores deseados
y convertidas en cuero.
El trabajo es duro, ya
que implica estar empapado durante toda la extensa jornada laboral,
llueva o haga sol. Por eso el impermeable es el uniforme principal de
muchos de los operarios de las tenerías, al objeto de mantener el cuerpo
alejado todo lo posible del agua y de los productos que se manejan
durante el curtido.
Otra de las características de las tenerías es el fuerte y desagradable olor
que genera el tratamiento de las pieles animales que se manipulan, cuya
intensidad hace que a metros de distancia del lugar se puede oler.
Para tener una buena vista de las tenerías de Fez es necesario entrar en las tiendas
de venta de productos de cuero existentes en los edificios que rodean
la curtiduría. Con buena visión de negocio, los propietarios de los
negocios colindantes han abierto amplios miradores
hacia las tenerías para que los visitantes se vean “obligados” a pasar a
través de las tiendas para poder ver como se trabaja el curtido de
pieles.
No cobran nada por
acceder a los miradores, pero difícil será que salgáis de las tiendas
sin comprar nada. Si sólo pretendéis mirar y no tenéis intenciones de
comprar, ya se encargarán los vendedores de convenceros de lo contrario.
Son muy amables, pero sobre todo muy persuasivos.
Seguro que tras ver cómo se trabaja en las tenerías de Fez, la próxima vez que os pongáis a regatear el precio
de alguna compra en Marruecos, valoraréis de otra forma lo que cuesta
hacer un bolso, unas babuchas, un monedero o un simple cinturón de
cuero….o no.