La abundancia de escuelas[1] en los países islámicos, aun hoy en
el mundo deja perplejas a las mentes y da cuenta de la existencia del
entusiasmo y el deseo inigualable por la educación.

Jaye Nizam al-Mulk Tusi,[3] construyó el colegio Nizamiya de Bagdad con un inversión de sesenta mil dinares,[4] luego construyó modelos parecidos en Isfahán, Nishapur, Balj y Herat, donde llegaron a ser incluso ejemplos para las escuelas de Europa. El colegio más antiguo de Europa es Salerno en Italia, el cual aun posee las influencias de los colegios islámicos. Otras grandes escuelas, como por ejemplo la de Bolonga y las universidades de Paris, Montpellier y Oxford, se crearon después del siglo XII –mucho más tarde que la formación de las universidades islámicas–.
Tradiciones y palabras de uso en las universidades europeas como por ejemplo, Reading (قرائه), Hearing (سماع) y Licence (اجازه), como han dicho algunos investigadores[5] provienen de las palabras y pronunciaciones utilizadas en las universidades islámicas de Siria, Egipto y Andalucía. Con tal antecedente, no puede ser que las universidades de Oriente estén hoy inspiradas en las universidades occidentales.
Estas nizamiyas, eran centros de actividades científicas de la época y la mayoría de sus profesores eran grandes eruditos. Estudiantes de todos los rincones del mundo del Islam se dirigían rumbo hacia estos colegios, y encontraban tantas aulas como trabajos en éstas; las más antiguas universidades del mundo. Además estaban a su disposición bibliotecas, hospitales, mezquitas y discursos religiosos. Los profesores tenían diferentes niveles en los colegios; ostad —profesor—, modarris —maestro— y mu'id —repasador—, con las ropas asignadas, que aparentemente fueron modelos para las universidades occidentales.
Luego, en otros territorios del Islam, se construyeron otros colegios, tomando el modelo de las nizamiyas de Bagdad. Se formó en Bagdad, el colegio Mustansiriya, el cual hizo disminuir la importancia de la Nizamiya. Los sultanes zangies y mamelucos en Siria y Egipto, mostraron especial interés en la construcción de estos colegios. En la época de los mongoles, el Sultán Muhammad Joda Bande, incluso tenía una escuela ambulante en su caravana, de la cual se narra en el libro Tarij Wassaf.[6] En el siglo sexto de hégira, cuando Ibn Yubair[7], viajero andalusí, pasó por el Oriente, encontró veinte colegios en Damasco y treinta en Bagdad. Benjamín Tatili, el rabino y viajero judío, vio veinte colegios en Alejandría. Y estos colegios aunque estaban situados en las grandes ciudades, esa motivación y búsqueda no pertenecían solo a las urbes, ya que muchos de los grandes sabios de la historia del Islam surgieron de humildes aldeas.