Desde que fue un emplazamiento romano,
Valencia siempre tuvo una empalizada o muro defensivo destinado a
defenderla. La primera muralla como tal de la que tenemos restos y
constancia es la de la Valencia musulmana (llamada Balansiya). Se
construyó entre 1021 y 1065 por orden de Ab Al Aziz, nieto de Almanzor.
Posteriormente y ya en época cristiana se construyó una segunda muralla
en 1356, que es la que corresponde al perímetro de las calles Colón,
Xativa, Guillem de Castro.
La
muralla arabe tenía el perímetro que se muestra en la imagen. Los
muros estaban construidos en tapial con gran perfección técnica y cada
26 metros había torres de mampostería. Frente a la construcción de
sillería (con bloques escuadrados de piedra), el tapial consiste en
construir con tierra arcillosa compactada a golpes de pisón, empleando
un encofrado de madera. A esta tierra se le suelen añadir aridos y cal
para mejorar sus condiciones. Pese a que pueda parecer de menor
resistencia que la sillería, los muros de tapial de la muralla de
Valencia han demostrado una notable robustez, puesto que se han
conservado en su mayoría estupendamente.
¿Quedan restos de la muralla árabe?
Pues
sí, quedan un montón de restos interesantes que se pueden visitar y
observar. De hecho conservamos muchos más tramos de la muralla arabe que
de la cristiana y hay un plan director para su recuperación, el llamado
"Plan de la Muralla", ya aprobado por el ayuntamiento. Hay tramos
enteros conservados, con torreones garitas, accesos, de todo. El
problema es que en muchos casos están ocultos ya que muchos palacios y
viviendas cristianas edificadas después de la reconquista, usaron estos
muros como excelente cimentación para su construcción. El que escribe
estas líneas ha visitado palacios de la Calle Caballeros en los que
había varios torreones en perfecto estado. Otros restos visible son la
Torre del Angel, de la Mare Vella, la Plaza del Tossal, etc..
Resto de lienzo de la muralla |
Torre del Angel |